Fábula XIII. El Asno y el Perro

Un Perro y un Borrico caminaban

Sirviendo á un mismo dueño.

Rendido éste del sueño,

Se tendió sobre el prado que pasaban.

El Borrico entre tanto aprovechado,

Descansa y pace; mas el Perro hambriento,

—Bájate, le decía, buen Jumento,

Pillaré de la alforja algún bocado.

El Asno se le aparta como en chanza:

El Perro sigue al lado del Borrico,

Levantando las manos y el hocico,

Como perro de ciego cuando danza.

—No seas bobo, el Asno le decía:

Espera á que nuestro amo se despierte,

Y será de esa suerte

El hambre más, mejor la compañía.

Desde el bosque entre tanto sale un lobo:

Pide el Asno favor al compañero:

En lugar de ladrar el marrullero,

Con fisga respondió:—No seas bobo,

Espera á que nuestro amo se despierte,

Que pues me aconsejaste la paciencia,

Yo la sabré tener en mi conciencia,

Al ver al Lobo que te da la muerte.

El Pollino murió: no hay que dudarlo;

Mas si resucitara,

Corriendo el mundo á todos predicara:

Prestad auxilio, si queréis hallarlo.