Canción XXXV

En soledad vivía,

Y en soledad ha puesto ya su nido,

Y en soledad la guía

A solas su querido

También en soledad de amor herido.

Declaración

Dos cosas hace en esta canción el Esposo: la primera, alabar la soledad en que antes el alma quiso vivir, diciendo cómo fue medio para en ella hallar y gozar a su amado a solas de todas las penas y fatigas que antes tenía; porque, como ella se quiso sustentar en soledad de todo gusto y consuelo y arrimo de las criaturas por llegar a la compañía y junta de su Amado, mereció hallar la posesión de la paz de la soledad en su Amado, en que reposa ajena y sola de todas las dichas molestias. La segunda es decir que por cuanto ella se ha querido quedar a solas de todas las cosas criadas por su Querido, él mismo, enamorado de ella por ésta su soledad, se ha hecho cuidado de ella, recibiéndola en sus brazos, apacentándola en sí de todos los bienes, guiando su espíritu a las cosas altas de Dios; y no sólo dice que él es ya su guía, sino que a solas lo hace sin otros medios, ni de ángeles ni de hombres, ni de formas ni de figuras; por cuanto ella, por medio de esta soledad, tiene ya verdadera libertad de espíritu y no se ata a ninguno de estos medios.

En soledad vivía.

La dicha tortolica, que es el alma, vivía en soledad antes que hallase al Amado en este estado de unión; porque el alma que desea a Dios, la compañía de ninguna cosa le hace consuelo; antes, hasta hallarle, todo le hace y causa más soledad.

Y en soledad ha puesto ya su nido.

La soledad en que antes vivía era querer carecer por su Esposo de todas las cosas y bienes del mundo, según habemos dicho de la tortolica, procurando hacerse perfecta, adquiriendo perfecta soledad, en que se viene a la unión del Verbo, y por consiguiente a todo refrigerio y descanso, lo cual es aquí significado por el nido que dice. Y así, es como si dijera: En esta soledad que antes vivía, ejercitándose en ella con trabajo y angustia, porque no estaba perfecta, en ella ha puesto ya su descanso y refrigerio, por haberla ya adquirido perfectamente en Dios. De donde, hablando espiritualmente, David, dice: Etenim passer invenit sibi domum, el turtur nidum sibi, ubi ponat pullos suos; esto es: De verdad que el pájaro halló para sí casa, y la tórtola nido donde criar sus pollicos; esto es, asiento en Dios, donde satisfacer sus apetitos y potencias.

Y en soledad la guía.

Quiere decir: En esta soledad que el alma tiene de todas las cosas, en que está sola con Dios, él la guía, mueve y levanta a las cosas divinas; conviene a saber, su entendimiento en las divinas inteligencias, porque ya está desnudo y solo de otras contrarias y peregrinas inteligencias. Y su voluntad mueve libremente al amor de Dios, porque ya está sola y libre de otras aficiones, y llena su memoria de divinas noticias, porque también está ya sola y vacía de otras imaginaciones y fantasías; porque luego que el alma desembaraza estas potencias, y las vacía de todo lo inferior y de la prosperidad de lo superior, dejándolas a solas sin ellos, inmediatamente se las emplea Dios en lo invisible y divino, y es Dios el que la guía en esta soledad, que es lo que dice San Pablo de los perfectos: Spiritu Dei aguntur, etc que son movidos del espíritu de Dios; que es lo mismo que decir «En soledad la guía».

A solas su querido.

Quiere decir que, no sólo la guía en la soledad de ella, más que él mismo es el que a solas obra en ella sin otro algún medio, porque ésta es la propiedad de esta unión del alma con Dios en matrimonio espiritual, hacer Dios en ella y comunicársele por sí solo, y no ya por medio de ángeles ni por medio de la habilidad natural; porque, los sentidos exteriores e interiores y todas las criaturas, y aun la misma alma, muy poco hacen al caso, para ser parte para recibir estas grandes mercedes sobrenaturales que Dios hace en este estado; antes, porque no caben en habilidad y obra natural y diligencia del alma, él a solas las hace en ellas; y la causa es porque la halla a solas, como está dicho ya; y por eso no le quiere dar otra compañía, fiándolo de otro que de sí solo; y también es cosa conveniente que, pues el alma ya lo ha dejado todo, y pasado por todos los medios, subiéndose sobre todo a Dios, que el mismo Dios sea la guía y el medio para sí mismo; y habiéndose el alma ya subido en soledad en todo, sobre todo, ya todo no le aprovecha ni sirve para más subir, sino el mismo Verbo Esposo; el cual, por estar tan enamorado de ella, él a solas es el que la quiere hacer las dichas mercedes; y así, dice luego:

También en soledad de amor herido.

Es a saber, de la esposa; porque, demás de amar mucho el Esposo la soledad de el alma, está mucho más herido del amor de ella, por haberse ella querido quedar a solas de todas las cosas, por cuanto estaba herida de amor de él; y así, él no quiso dejarla sola, sino que, herido de ella por la soledad que por él tiene, viendo que no se contenta con otra cosa, él sólo la guía a sí, trayéndola y absorbiéndola en sí; lo cual no hiciera él en ella si no la hubiera hallado en la soledad espiritual.

Anotación de la canción siguiente

Es extraña esta propiedad que tienen los amados en gustar mucho más de gozarse a solas de toda criatura que con alguna compañía; porque, aunque están juntos, si tienen alguna extraña compañía que haga allí presencia, aunque no hayan de tratar ni de hablar más a excusas de ella que delante de ella, y la misma compañía extraña no hable ni trate nada, basta estar allí para que no se gocen a su sabor. La razón es, porque el amor, como es unidad de dos solos, a solas se quiere comunicar ellas. Puesta, pues, el alma en esta cumbre de perfección y libertad de espíritu en Dios, acabadas todas las repugnancias y contrariedades de la sensualidad, ya no tiene otra cosa en qué entender ni otro ejercicio en qué se emplear, sino en darse a deleite y gozos de íntimo amor con el Esposo; como se escribe del santo Tobías, que, después que había pasado por los trabajos de su pobreza y tentaciones, le alumbró Dios, y que todo lo restante de su vida pasó en gozo; como ya lo pasa esta alma de que vamos hablando, por ser los bienes que en sí ve de tanto gozo y deleite, como lo da a entender Isaías del alma que, habiéndose ejercitado en las obras de perfección, ha llegado al punto de perfección que vamos tratando.

Dice, pues, así, hablando con el alma perfecta: Orietur in tenebris lux tua, et tenebrae tuae erunt sicut meridies. Et requiem tibi dabit Dominus semper, et implebit splendoribus animam tuam, et osa liberabit, et eris quasi hortus irriguus, et sicut fons aquarum, cujus non deficient aquae. Et aedificabuntur in te deserta saeculorum: fundamenta generationis, et generationis suscitabis: et vocaberis aedificator sepium, avertens semitas in quietem. Si averteris a Sabbato pedem tuum, faccere voluntatem tuam, in die Sancto meo, et vocaberis Sabbatum delicatum, et Sanctum Domini gloriosum, et glorificaveris eum dum non facis vias tuas, et non invenitur voluntas tua, ut loquaris sermonem: tunc delectaberis super Domino et sustollam te super altitudines terrae, et cibabo te haereditate Jacob; esto es: «Entonces nacerá en la tiniebla tu luz, y tus tinieblas serán como el mediodía. Y darte ha tu Señor Dios descanso siempre, y llenará de resplandores tu alma, y librará tus huesos, y serás como un puerto de regadío y como una fuente de aguas, cuyas aguas no faltarán. Edificarse han en ti las soledades de los siglos y los principios y fundamentos de una y otra generación; resucitarás y serás llamado edificador de los setos, apartando tus sendas y veredas a la quietud. Si apartares el trabajo tuyo de holganza y de hacer tu voluntad en mi santo día, y te llamares holganza delicada y santa gloriosa del Señor, y le glorificares, no haciendo tus vías y no cumpliendo tu voluntad, entonces te deleitarás sobre el Señor, y ensalzarte he sobre las alturas de la tierra, y apacentarte he en la heredad de Jacob, que es el mismo Dios». Y por eso, como habemos dicho, esta alma ya no entiende sino en andar gozando de los deleites de este pasto, y sólo le queda una cosa que desear, que es gozarle perfectamente en la vida eterna. Y así, en la siguiente canción y en las demás que se siguen se emplea en pedir al Amado este beatífico pasto, en manifiesta visión de Dios. Y así, dice:

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