III

Aquella india vieja, acurrucada en la sombra de un toldillo, con el bochinche de limonada y aguardiente, se ha hispido, remilgada y corretona bajo la seña del Tirano:

—¡Horita, mi jefe!

Doña Lupita cruza las manos enanas y orientales, apretándose al pecho los cabos del rebocillo, tirado de priesa sobre la greña: Tenía esclava la sonrisa y los ojos oblicuos de serpiente sabia: Los pies descalzos, pulidos como las manos: Engañosa de mieles y lisonjas la plática:

—¡Mándeme, no más, mi Generalito! Generalito Banderas doblaba el pañuelo, muy escrupuloso y espetado:

—Se gana plata, Doña Lupita?

—¡Mi jefecito, paciencia se gana! ¡Paciencia y trabajos, que es ganar la Gloria Bendita! Viernes pasado compré un mecate para me ajorcar, y un ángel se puso de por medio. ¡Mi jefecito, no di con una escarpia!

Tirano Banderas, parsimonioso, rumiaba la coca, tembladera la quijada y saltante la nuez:

—¿Diga, mi vieja, y qué le sucedió al mecatito?

—A la Santa de Lima amarrado se lo tengo, mi jefecito.

—Qué le solicita, vieja?

—Niño Santos, pues que su merced disfrute mil años de soberanía.

—¡No me haga pendejo, Doña Lupita! ¿De qué año son las enchiladas?

—¡Merito acaban de enfriarse, patroncito!

—Qué otra cosa tiene en la mesilla?

—Coquitos de agua. ¡La chicha muy superior, mi jefecito! Aguardiente para el gauchaje.

—Pregúntele, vieja, el gusto a los circunstantes, y sirva la convidada. Doña Lupita, torciendo la punta del rebocillo, interrogó al concurso que acampaba en torno de la rana, adulador y medroso ante la momia del Tirano:

—¿Con qué gustan mis jefecitos de refrescarse? Les antepongo que solamente tres copas tengo. Denantes, pasó un coronelito briago, que todo me lo hizo cachizas, caminándose sin pagar el gasto.

El Tirano formuló lacónico:

—Denúncielo en forma y se hará justicia. Doña Lupita jugó el rebocillo como una dama de teatro:

—¡Mi Generalito, el memorialista no moja la pluma sin tocar por delante su estipendio!

Marcó un temblor la barbilla del Tirano:

—Tampoco es razón. A mi sala de audiencias puede llegar el último cholo de la República. Licenciado Sóstenes Carrillo, queda a su cargo instruir el proceso en averiguación del supuesto fregado...

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