[TURÍN, LISEO.]
TURÍN: ¿Qué haremos?
LISEO: Ponte a caballo,
que ya no quiero comer.
TURÍN: No te aflijas, pues no es hecho.
LISEO: Que me ha de matar, sospecho,
si es necia, y propia mujer.
TURÍN: Como tú no digas «sí»,
¿quién te puede cautivar?
LISEO: Verla no me ha de matar,
aunque es basilisco en mí.
TURÍN: No, señor.
LISEO: También advierte
que, siendo tan entendida
Nise, me dará la vida,
si ella me diere la muerte.
(Éntrense.)