CUESTIONES DIVERSAS SOBRE LA AMISTAD

Una cuestión que puede presentarse también es la de saber a quién debe hacerse con preferencia un servicio, si a un amigo recomendable sólo por su virtud, o al que reconoce o puede reconocer lo que se hace por él. Esta cuestión equivale a preguntar sí debe hacerse el bien a su amigo antes que a un hombre que no tiene otro título para merecer vuestros beneficios que la virtud. Si por fortuna el amigo es un hombre virtuoso y al mismo tiempo es vuestro amigo, la cuestión no ofrece, como se ve, gran dificultad, a no ser que se exagere desmesuradamente una de estas cualidades y se rebaje la otra, suponiendo que es-te hombre es vuestro amigo íntimo, pero que es un hombre medianamente honrado.

Si no se parte del supuesto de que la virtud es igual a la amistad, se presenta entonces una multitud de cuestiones delicadas; por ejemplo, si el uno ha sido vuestro amigo, pero que no debe serlo ya; que otro deba serlo, pero que no lo es en aquel acto; o bien, si uno lo ha sido, pero ya no lo es; y que otro lo sea al presente, pero que no lo haya sido siempre ni deba siempre serlo. Se comprende cuán difícil es hacerse cargo de todas estas argucias, y, como dice Eurípides en sus versos: "¿No te-néis más que palabras? Pues en palabras se os pagará; "Pero si mostráis obras, se os pagará un obras.” Lo cierto es que aquí es preciso obrar como uno obra con su padre No se da todo absolutamente a un padre, porque hay ciertas cosas que se reservan para la madre, por más que el padre sea superior. Tampoco se inmolan todas las víctimas sólo a Júpiter, ni recibe éste todos los homenajes de los hombres, sino únicamente los que le son debidos más particularmente.

Asimismo, puede decirse que hay cosas que deben hacerse en obsequio del amigo, que nos es útil y que hay otras cosas que deben hacerse en obsequio del hombre de bien. Puede alguno daros pan y satisfacer todas vuestras necesidades, sin que estéis obligado a vivir con él; y, recíprocamente, puede vivirse con alguno sin darle lo que él tampoco da en estas relaciones de verdadera amistad, y no hacer por él más de lo que hace el amigo por interés. Pero los amigos que, unidos por el mismo motivo, conceden todo a la persona que aman, hasta lo que no debían conceder, son hombres indignos de estimación.

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Las definiciones que se dan de la amistad ordinariamente se aplican todas, si se quiere, a la amistad, pero no a la misma amistad. Por tanto, debe quererse el bien para el amigo por interés, para el que ha sido vuestro bienhechor, y para el que es vuestro amigo, como lo exige la virtud.

Pero esta definición de la amistad no comprende todo esto.

Se puede muy bien desear la existencia de uno y vivir con otro, como se puede ver sólo en una relación el placer y en otra compartir las alegrías y las penas con su amigo. Pero todas estas pretendidas definiciones jamás se aplican todas a una sola y misma amistad. De aquí procede que las definiciones son numerosas, y que cada una parece aplicarse a una sola amistad, si bien no hay tal cosa. Tomemos, por ejemplo, la definición que pretende que la amistad consiste en desear la existencia del amigo.

Pues bien, no es exacta, porque el que está en una posición superior o el que es bienhechor respecto de otro quiere también la existencia de su propia obra, lo mismo que se desea larga vida al padre que os ha dado el ser, sin hablar de lo que en justa reciprocidad se le debe. Pero no es con el favorecido con el que se quiere vivir, sino sólo con el que os gusta y os es agradable. Los amigos pueden tener disgustos entre sí siempre que aman las cosas más bien que al que las posee, porque, en el fondo, sólo son amigos de las cosas; por ejemplo, uno prefiere el vino, que le parece exquisito, al amigo que se lo da, y otro prefiere el dinero, porque el dinero le es útil. ¿Deberemos in-dignarnos y acusar al amigo, porque ha preferido una cosa, que para él vale más, a una persona que vale menos a sus ojos?

Se quejan de esto, sin embargo, las gentes sin advertir que en aquel momento se desearía encontrar al hombre de bien, mientras que antes sólo se buscaba al hombre agradable o al hombre útil.

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