CORO I

«Ven, Himeneo, y nuestra agricultura

De copia tal a estrellas deba amigas

Progenie tan robusta, que su mano

Toros dome, y de un rubio mar de espigas Inunde liberal la tierra dura;

Y al verde, joven, floreciente llano

Blancas ovejas suyas hagan, cano,

En breves horas caducar la hierba;

Oro le expriman líquido a Minerva,

Y -los olmos casando con las vides-

Mientras coronan pámpanos a Alcides

Clava empuñe Lieo.

Ven, Himeneo, ven; ven, Himeneo. »

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