CORO II

«Ven, Himeneo, y las volantes pías,

Que azules ojos con pestañas de oro

Sus plumas son, conduzgan alta diosa,

Gloria mayor del soberano coro.

Fíe tus nudos ella, que los días

Disuelvan tarde en senectud dichosa;

Y la que Juno es hoy a nuestra esposa,

Casta Lucina -en lunas desiguales-

Tantas veces repita sus umbrales,

Que Níobe inmortal la admire el mundo,

No en blanco mármol, por su mal fecundo,

Escollo hoy del Leteo.

Ven, Himeneo, ven; ven, Himeneo. »

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