- D -

DAMINDAS, lacedemonio. Su respuesta magnánima a un hombre que amenazaba a los lacedemonios con el poderío de Filipo, I.

DANDAMIS, filósofo indio. Lo que censuraba a Sócrates, Pitágoras y Diógenes, II.

DARÍO. Proposición que hizo a los indios que se comían a sus padres después de muertos, y a los griegos, que los quemaban, I.

DAVID. Cómo y por quién debieran sus salmos ser cantados, I.

Defectos. Razones que nos asisten para soportar los ajenos, II.

Deliberación. Debe preceder a los compromisos que en los negocios contraemos, y principalmente a nuestras querellas, II.

DEMADES. Sentencia que dictó contra un hombre que vendía las cosas necesarias para los entierros, I.

DEMETRIO. Su opinión sobre la voz del pueblo, II.

DEMÓCRITO. Comparado con Heráclito; por qué le aventaja, I. Habiéndole dado a comer unos higos que sabían a miel, quiso emplearse en buscar la causa física de tal sabor. Cómo su sirvienta acabó con la investigación. Vaga opinión que tenía de la naturaleza de Dios.

DENISOT (Nicolás). Poeta menos conocido por este nombre que con el de Conde de Alsinois, anagrama de su nombre, I.

Derrotas. Más gloriosas que las victorias renombradas, I.

Deseo. Aumenta con la dificultad de poseer una cosa, II.

Desnudo. La costumbre de andar desnudo en nada es contraria a la naturaleza, I. El hombre es el único animal abandonado en su desnudez sobre la tierra.

Devoción superceleste. Lo que de ella juzgaba Montaigne, II.

DIÁGORAS. Su respuesta a los que le mostraban ofrendas de las personas que salvaron su vida de un naufragio, I. Negaba resueltamente la existencia de Dios, II.

Diario. Llevado por el padre de Montaigne de las cosas más importantes referentes a su familia, I.

DICEARCO. Lo que pensaba de nuestra alma, I.

Diclámenes. Son independientes de los acontecimientos, II.

Diluvios. Ocasionaron en la tierra cambios considerables, I.

DIOCLECIANO. Por qué se opuso a aceptar de nuevo el imperio, al cual había renunciado, I.

DIODORO el dialéctico. Su repentina muerte ocasionada por la vergüenza, I.

DIÓGENES el Cínico. Cómo se servía del dinero de sus amigos cuando lo había menester, I. Era más mordaz que Timón. Impudencia de este filósofo. Escarnecido porque en pleno invierno abrasaba desnudo una figura de nieve, II.

DIÓGENES LAERCIO. Cómo Montaigne le juzgaba, I.

DIOMEDÓN, Capitán ateniense. Injustamente condenado a muerte, ruega a los dioses por sus jueces, I.

DIONISIO, el padre, tirano de Siracusa. Su crueldad en el sitio de Rege, I. Gran caudillo militar, quiso ilustrar su nombre cultivando la poesía. Consejo que recibió con el fin de ponerse a cubierto de las conjuraciones. Cómo se burlaba de los gramáticos, de los músicos y de los oradores. Cómo trató a un siracusano, cuyas flaquezas estaban escondidas bajo tierra. Sus versos menospreciados en los juegos olímpicos, II. Cuál fue la causa de su muerte. Por qué condeno a Filoxeno a las canteras y a Platón a ser vendido como esclavo.

DIOS. Los hombres no deben invocar a Dios indiferentemente ni en cualesquiera circunstancias, I. Precisa tener el alma pura cuando se le alaba. Del rogar a Dios simplemente por hábito; en qué respecto censurable. El nombre de Dios no debe mezclarse en nuestras conversaciones ordinarias. Dios debe ser rogado rara vez, y por qué razón. Dios se muestra por sus obras visibles lo que a Dios debiera fuertemente sujetarnos. Su naturaleza no debe ser investigada con curiosidad excesiva por el hombre. A qué se reducen nuestras nociones sobre la divinidad. Ideas que los historiadores paganos nos trasmitieron sobre Dios. Diversas opiniones de los filósofos acerca de la naturaleza de Dios. Convertir a los hombres en dioses es la última de las extravagancias. Es ridículo razonar de Dios, comparándole con el hombre; e igualmente lo es juzgar del poder y de las perfecciones de Dios relacionándolos con los nuestros. Argumentos igualmente frívolos, que la filosofía imagino en pro y en contra de la divinidad. Sólo Dios encierra en sí una sustancia real y constante. Cómo su nombre puede ser acrecentado, II.

DIOSCÓRIDES, isla del Mar Rojo. Habitada por cristianos cuyo culto les es peculiar, I.

Dioses que hacen suyas las querellas de los hombres, I. Dioses forasteros, expulsados por los caunienses. Poder de los dioses reducido a cierto límite. Dioses raquíticos y vulgares.

Disimulo. Inconvenientes que acompañan a esto vicio, II.

Disputas mal encaminadas. Detestables efectos que producen, II. El orden y el método avaloran las disputas. Estas son infinitas, y en su mayor parte dependen de las palabras.

Diversión. Consuelo por diversión; su utilidad, II. Camino provechosamente seguido en las guerras y negociaciones. Receta útil en las dolencias del espíritu, y en particular contra el amor.

Divorcio. Si con la prohibición del divorcio se apretaron más los lazos del matrimonio, II.

Doctrina nueva. Por qué es bueno desconfiar de ella, según Montaigne, I.

Dogmáticos. A qué se reducen sus opiniones, I.

Dolor. Es el peor de todos los accidentes de nuestro ser; cómo puede dulcificarse, I. Varios ejemplos de firmeza en el soportarlo. Opinión sobre el dolor; en que se fundamenta. No debe siempre huirse. Relación que guarda con el deleite, II. Manera grata de distraerlo.

Dormir. Profundo sueño de algunos grandes personajes en medio de sus más importantes negocios, I. Naciones en que los hombres duermen y velan por medios años.

DREUX (Batalla de). Sus peripecias más notables, I.

Drogas medicinales. Farfantonería empleada en la elección y dosis de las mismas, II.

Drogas odoríferas. Empleadas para aderezar las carnes, I.

DRUSO (Livio). Lo que dijo a un arquitecto que le ofrecía construir su casa de tal suerte que sus vecinos nada vieran de lo que pasara en ella, II.

Duelos. Obedece a la cobardía el que en ellos se hayan introducido segundos y terceros, II. Historia de un duelo acontecido en Roma entre dos franceses.

DUGUESCLIN (Beltrán du), Condestable de Francia. Honores que se le tributaron después de muerto, I. De tantas maneras se le llama que no se sabe cual de sus nombres debe ser honrado con sus victorias.

DURAS (Señora de). Final de un capítulo dirigido a esta dama, II.

Share on Twitter Share on Facebook