- VII -

Advertencia al lector [1523]

Lector, tú me debes todo cuanto disfrutas del difunto señor Esteban de La Boëtie, pues has de saber que su voluntad era no darte a conocer nada, y hasta creo que nada tampoco consideraba digno de llevar en público su nombre. Mas yo que no albergo designios tan altos, no habiendo encontrado otra cosa en su librería, la cual me legó en su testamento, ni siquiera he querido que esto poco se perdiera; y a mi juicio espero que supondrás que los hombres más expertos de nuestro siglo con harta frecuencia se regocijan con cosas de menor cuantía a los que más joven le trataron (pues nuestra frecuentación no comenzó sino unos seis años antes de su muerte) oigo decir que había hecho muchos otros versos latinos y franceses, como los que compuso con el nombre, de Gironda, y de ellos oí recitar varios ricos trozos; el que escribió las antigüedades de Bourges cita algunos más que reconozco, pero no sé dónde fueron a parar, como tampoco sus poemas griegos. Y a la verdad, a medida que cada inspiración asaltaba su mente, descargábase de ella en el primer papel que hallaba a la mano, sin ningún cuidado de conservarla. Está seguro que hice cuanto pude, y de que, al cabo de siete años que le perdimos, nada recobré sino lo que aquí ves, salvo un discurso de la Servidumbre voluntaria y algunas memorias de nuestras revueltas sobre el edicto de enero de 1562. Pero en cuanto a estos dos últimos escritos considérolos sobrado lindos y delicados para abandonarlos al grosero y pesado ambiente de una época tan ingrata. Adiós. De París, a 10 de agosto de 1570.

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