HONRADEZ ADMINISTRATIVA

«Sí, nos dicen «chivitos», para vengarse de que le digamos «carneros», como son. Lo de chivitos viene del doctor Fillipini, que como italiano no puede pronunciar «cívico», sino «chívico». De ahí tomaron pie para la gracia los más diablos del Club del Progreso, y después todos los provinciales u oficialistas.

Ahora verás: Viera acaba de devolverles la pelota porque El Justiciero tituló «Pax multa» su artículo sobre las elecciones, que como te imaginarás han sido lo más pacíficas, porque ni los escrutadores fueron al atrio... Pues Viera dijo en La Pampa que ese latinajo de «Pax multa», quería decir «Palos y multas», que es lo único que dan nuestros municipales. Como lo escribiera muy en serio, a Fernández, el director de El Justiciero, se le atravesó la cosa, y anduvo averiguando lo que significan las palabritas que él interpretaba como «mucha paz». Nadie se lo supo decir a derechas, así es que se fue a preguntárselo al cura Papagna, que es como preguntármelo a mí.

-La pache de la multitúdine -dicen que le contestó el cura al tun tun, pero dejándolo completamente tranquilo.

Viera y yo nos hemos reído a carcajadas de la cosa, aunque Viera sea siempre más serio que bragueta de provisor. Y, a propósito de Viera, el otro día lo embromé lindo, conversando sobre un suelto de La Pampa en que se quejaba de que desde hace seis años no se publican los balances municipales.

-No los publican por honradez -le dije.

-¡Cómo por honradez! -gritó furioso.

-¡Claro! -le retruqué- ¡Les sería tan fácil falsificarlos, que si no lo hacen es por honradez!

¿No te parece que tuve razón? Él, por lo menos, se quedó con la boca abierta y después se rió. ¡Bah! Hasta los más desvergonzados tienen su pucho de vergüenza, y eso les pasa a los municipales. ¿No te parece?»

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