Los rumores de la existencia de un espectro que habita en la ópera se ven confirmados con extraños sucesos cuyo culmen se alcanza con la desaparición de una hermosa joven. Sin embargo, bajo su aspecto horrible se oculta un ser predestinado al dolor y el sufrimiento, que habita en fétidos corredores, y que, no obstante, conserva en su interior un hálito de nobleza inexplicable si se conocen sus padecimientos. Precisamente esa chispa sublime de humanidad es la que explica que ame entrañablemente la música y que puede sentirse arrobado ante la belleza de una joven cantante.
Gastón Leroux